Este entrada es reivindicativa. Bueno, en realidad, todas las que empiecen por “la culpa es del informático”. La intención es desenmascarar la escusa del informático y el software cuando en realidad … no lo es, sino de la planificación!
Por otro lado, es sorprendente cómo problemas de software tienen repercusiones grandísimas, y hoy analizamos lo que ha pasado con el #DieselGate.
El problema
Resulta que la empresa de automóviles Volkswagen utilizó un software que estaba programado para tener un comportamiento cuando el coche está en el banco de pruebas, y otra muy distinta cuando está en condiciones normales (aquí pueden leer la noticia). En principio solo afecta a los coches diesel, de ahí que en Twitter se use el hashtag #dieselgate. Gracias al algoritmo programado, las emisiones en los bancos de pruebas cumplían con la legislación, y no lo hacían cuando estaban en su modo normal.
Volkswagen, te han pillado
El escándalo saltó porque las autoridades estadounidenses realizaron una investigación en 2014 de cómo estaban mejorando las emisiones de los coches en el tiempo, y detectaron una incidencia en dos modelos concretos: el Jetta de 2012 y el Passat de 2013, por lo que procedieron a realizar pruebas específicas, demostrando que la realidad de emisiones de estos modelos no se correspondía con lo que anunciaban, y a partir de ahí, saltó el escándalo!
Efectvamente, tarde o temprano se cazó la trampa, y lo siguiente es una serie de reacciones en cadena: bajada importante en bolsa de todos los grupos automovilísticos a nivel mundial (han perdido un 30% de su valor en pocos días), reconocimiento por parte de los responsables americanos de dicha trampa, sustitución del CEO de Volkswagen, preparar la cartera ante la posibilidad de multas, preparar el dinero (y el tiempo) para llamar a todos los coches trucados para hacerles pasar por el taller, …..
La imagen de la marca Volkswagen ha quedado seriamente dañada, por ser un engaño planificado y muchos de sus clientes se deberían sentir traicionados (por no nombrar a sus inversores), y reponerse de un golpe de este calibre llevará años.
Caer lleva poco tiempo, pero recuperarse … no es tan sencillo!
La culpa NO es del informático
Mi opinión personal es que no vale echar la culpa al informático, que en este caso, creo que ha ejecutado bien su trabajo, pues tuvo que programar un algoritmo con unas acciones y comportamientos cuando se dieran unas determinadas circunstancias, y otras bien distintas cuando no se daban. Es tan sencillo como utilizar una expresión if … then… que tienen todos los lenguajes de programación:
if (estoy_en_modo_pruebas): haz_trampas() else: modo_normal()
Desde esta entrada quiero reivindicar que el problema de volkswagen no es de software, sino de la persona o personas que solicitaron dichos requisitos al software, y a la vista del escándalo, queda claro que el informático lo hizo correctamente!
La trampa de las emisiones estaba perfectamente planificada!
Escarbando un poco más en los motivos para utilizar dicha trampa, no puede ser sino sólo económicos, ya que según leo en distintas noticias, el coste de preparar el coche para reducción de emisiones en un caso o en otro varía por los filtros que hay que utilizar, y los filtros cuestan pasta (por supuesto!).
Los límites medioambientales y un problema económico de fondo
En este caso, tampoco salen bien paradas las agencias medioambientales, que en mi opinión deberían de probar y testear además las cosas en su comportamiento real, y no en un banco de pruebas. De hecho, un estudio alternativo fue la que dió la señal de alarma de que algo no iba bien!
El segundo damnificado por este problema, al menos en España, es la Administración Pública, ya que muchos de estos coches contaban con impuestos medioambientales reducidos por bajas emisiones, cosa que se ha demostrado ahora que no era tan baja.
Mucho hay que reflexionar de este escándalo mundial, donde todo el mundo miente …. por dinero. El dinero no da la felicidad, aunque lo parezca! Veremos en las próximas semanas cómo se recupera el sector del automóvil, y por supuesto, la reacción ciudadana a este engaño.
¿Por qué tendría yo que cuidar del planeta y de mis emisiones si uno de los sectores más fuertes de la economía me engaña con unas emisiones publicitadas que no son reales?
A nivel moral, la pregunta es ¿vale todo por el dinero? Yo creo que el precio que pagará la industria será bastante elevado, y más de una marca tan prestigiosa como Volkswagen, y siendo alemana (rigurosidad alemana que queda en entredicho … y a nivel mundial).
Buen día!