Pues nos levantamos desde hace unos días con la noticia de que Facebook cambia de nombre y se llamará Meta. Para mi, no deja de ser el mismo perro con distinto collar, y así, cómo el que no quiere la cosa, mientras la gente se da cuenta y no, yo sigo a lo mio. O sea, conseguir más dinero a costa de loso datos de la gente.
Facebook será Facebook para los mortales
Da igual cómo lo llames, pero Facebook será siempre Facebook para los mortales, con independencia de cómo lo llames. Estoy seguro de que todo el trasfondo está relacionado con temas legales, a pesar de que lo vistan de “nueva realidad virtual”, o cómo quieran que lo llamen.
El mayor efecto de cambio de nombre tiene lugar en los mercados americanos, porque a nivel
Facebook manda mucho
Porque, te guste o no, lo que pasa en Facebook afecta mucho, y la gente se “informa” en Facebook, y claro, nos creemos lo que “Facebook dice”.
¿Y por qué en este momento? La respuesta básica es por la crisis de reputación de la compañía, por su poder de mercado, sus decisiones algorítmicas y la vigilancia de los abusos en sus plataformas. En realidad, “todo cambia para que nada cambie”.
Acercar a las personas
Resulta curioso que el lema de Facebook sea ese, y que esté consiguiéndolo, pero no de la manera más honesta posible. Todo por la pasta, por supuesto.
Yo acabé eliminando mi cuenta hace ya varios años, muy orgulloso de dicha acción, y el paso del tiempo me da la razón: no comprendo a lo “bueno” de compartir tu vida, y convertirte en influencer. Pero en los tiempos que vivimos, hay “gente pa’to”.
En fin, que yo seguiré tan feliz sin Facebook, y no me queda más remedio que seguir con WhatsApp. Aún no estoy muy convencido sobre Instagram, al que me uní este año, y que aunque empecé fuerte, ahora estoy dejando más abandonado.